Habitada
Yo quisiera ser un ave, yo quisiera ser el sol
yo quisiera ser un ave, yo quisiera ser el sol.
Amarillo es el canario y Rosita mi abuelita
Amarillo es el canario y Rosita mi abuelita.
Y así cantando espero vida cambie su color
y así cantando espero vida cambie su color.
Ampersan / Colores
Vieja
tu "corona de Cristo" ha florecido
perfora mi corazón
o algún desgraciado distraído
Vieja
hemos pintado todas las paredes
más tu recuerdo no se borra
se adhiere a las estrellas
que decoran la azotea
La cocina aún huele a tu café con canela
tu pasitos aún resuenan en las escaleras
siempre quiero subirlas
"hay que soñar alto", decías...
mujer indómita, mujer fugaz
me enseñaste palabras desconocidas
ésas que sólo tienen significado
cuando se abrazan
Tu habitación es un nido de pájaros mudos
¿quién olvidar los vivido Vieja
si de eso estamos construidos?
Aquí donde le rezabas a tus santos
ahora se escuchan melodías demoníacas
donde hacías tu punto de cruz
cruzan mis pensamientos
revolotean
emigran lisonjeros
He crecido Vieja
cada vez somos más
cada vez más
se riega nuestra sangre
sobre la tierra
Vieja
todos los domingos ibas a la iglesia
enlutada como mi alma de pies a cabeza
ahora algún borracho bautiza tu acera
ahora algún sacerdote trunca la inocencia
ahora los representantes del cielo
promueven la guerra
Vos renunciaste a este mundo
pero tu mundo se quedó en esta casa
se cerraron con tus ojos las ventanas
ya nadie juega con pólvora en tu calle
ya no hay gritos de niños
sólo latas vacías
sólo el mundo y yo
Vieja
hoy compré un dulce
de esos que me regalabas
cuando niña para no llorar más
para hacer de esta estancia
algo menos agrio
para saborear un poco
tu ausencia
Hoy por fin el sol ha salido
las cerraduras se han abierto
no te aflijas Vieja
yo riego la "corona de Cristo"
hasta que nuestras raíces
te alcancen.
[...]
A la velocidad de los versos
El cáncer del tiempo nos está devorando. Nuestros héroes se han matado o están matándose. Así que el héroe no es el tiempo, sino la intemporalidad. Debemos marcar el paso, en las filas cerradas, hacia la prisión de la muerte. No hay escapatoria. El tiempo no va a cambiar.
Henry Miller / Trópico de cáncer
En la silla eléctrica
deberían sentarse los
traidores, esos sucios
tiranos regordetes
que sólo deben sollozar en los baños
que sodomizan las palabras
con sus sandeces
que sólo saben sacarse el sudor
con asalariados billetes
que nos dejan solos en los barrotes
de una cárcel
en los tranvías inseguros
en el sol ardiente del asfalto pidiendo limosna
el amor es vendido a putas
putas las horas sin amor
En la silla eléctrica
deberían freír su cerebro
regalarle salud a los niños
en lugar de zozobras
de sobras, de misiles, de miseria,
de sangre
En la silla eléctrica
deberíamos sentarlos a la fuerza
taparles bien la boca
para que sus lenguas venenosas
de serpiente
no sacrifiquen más nuestras alegrías
no vendan más nuestras tierras
no silencien más nuestras voces
pues si ellos apuntan con salvajismo
en nuestras sienes
arrojemos al cesto de basura
al "humanismo"
saquemos de nuestra alma
el valor de los ancestros
pisoteemos sus imposiciones
sus frases sin sentido
que sólo dejan
surcos de sal en nuestros rostros
que el azadón arranque sus cabezas de raíz
que la poesía sea un arma de calibre peligroso
que la poesía sea veneno
que la poesía sea protesta
que sea pasamontañas
que sea silla eléctrica.
Berona Teomitzi
Chiapas, 1986.