lunes, 28 de octubre de 2013

Yo también conocí a Sosa


Llegó una mañana a mi colegio, nos salvó de recibir la clase de historia de Honduras, esa clase era una mierda, no había nada qué hacer con ella. Recuerdo bien que nos metieron a todos en el auditorio del colegio y frente a nosotros en una mesa con un ridículo florero, estaban sentados dos señores raros y la maestra de español.

Debo confesar que a mis 13 lo único que sabía de Sosa era que mi padre lo mencionaba siempre, y de Rolla, de ella no había escuchado nada, pero por su acento supe que fijo conocía a Maradona.

Sarita habló un rato luego de la presentación de la maestra que desde mi asiento noté que estaba nerviosa, Sosa la veía con cara de fastidio, ella (la maestra) lo miraba a él como si tuviera frente a ella a dios. ¡Ah! ...ahí entendí lo que significaba estar frente a tu ídolo, aunque mi madre siempre dijo que adorar ídolos era pecado, que estaba en la biblia, yo respondí algunos años después comprándome "El nervio del volcán".

Mientras la dulce Sara Rolla hablaba de no sé qué, quizás decía que Sosa era el Supersaiyajin de la poesía catracha, a mí eso no me importaba, y es que las piernas de una de mis compañeras me tenían muy entretenido, en esas condiciones qué importa que los pobres sean muchos.

Luego de un rato, el maistro se levantó tranquilo, con mucha paciencia avanzó hasta el micrófono y comenzó a leer con soltura algunos poemas, no dejé de verle por eso las piernas a mi compañera, pero puse atención, la necesaria para luego en la tarde que llegara mi padre decirle que conocí al tal Sosa, que lo habían llevado a mi colegio, que el señor leyó y se fue a la mierda sin decirnos nada más.

Así fue como lo conocí.

A como dé lugar pudren al hombre en vida,
le dibujan a pulso
las amplias palideces de los asesinados
y lo encierran en el infinito.

Por eso
he decidido – dulcemente –
                   – mortalmente –

construir
con todas mis canciones
un puente interminable hacia la dignidad, para que pasen,

uno por uno,
los hombres humillados de la Tierra.

Dibujo a pulso / Un mundo para todos dividido / 1971

No hay comentarios: