Ungerer, de origen francés, editado y publicado por la editorial alemana Heyne-Bucher en 1992, saca a luz "Das kamasutra der frogsche". Con un manejo bien logrado de la ironía, atraviesa las situaciones más cotidianas hasta los puntos de quiebre más bizarros que la mente humana pueda imaginar pero sin perder el gusto por la risa natural que producen sus imágenes.
sábado, 27 de abril de 2013
domingo, 21 de abril de 2013
Ludwing Varela: “La poesía es mi oficio”
[Foto: Fabricio Estrada]
[Entrevista realizada por Maynor Xavier Cruz, periodista nicaragüense]
MXC: Varela, ¿en qué momento te diste cuenta que
querías ser escritor?
LV: Bueno, yo nunca quise
ser escritor, en primer lugar, pero fue hace unos cinco o seis años que empecé
a hacer una catarsis de lo que había leído, y bueno, luego de eso comencé a
hacer poemas, más que todo en verso formal (Para pasar por el proceso).
MXC: Tus influencias
¿quiénes han sido?
LV: Mis influencias, viejo,
fueron los grandes del Siglo de Oro en España, pero muchos románticos de
América Latina, Inglaterra, como Byron, Espronceda, Juan de Dios Peza, Ramón de
Campoamor, bueno, después al modernismo, Darío, Lugones, Amado Nervo, Juan
Ramón Molina; me alimenté mucho de ellos, tanto, que casi iba a reventar de
tanta poesía formal y gracias a César
Vallejo tuve una ruptura, bendito Vallejo, y a Huidobro por supuesto, comencé
una nueva lista de influencias.
MXC: Sé que sos miembro del
grupo literario “Máscara Suelta”, ¿en qué año nace este grupo literario por qué el nombre?
LV: Bueno “Máscara Suelta”…
yo fui un miembro que entré cuando ya tenían dos o tres años, sino me equivoco
en el 2006, y obtiene su nombre por un poemario de Roberto Sosa, de hecho hicimos varias reuniones para acercarnos y
hablar, y así poder cambiar el nombre del grupo, e íbamos a dejarlo como “de
Verbo ad verbum”, que del latín al
español significa “palabra por palabra” y al final habíamos elegido que
ése sería el nombre, pero nos separamos, problemas, vos sabés, por cuestiones de trabajo, borracheras, cosas
por el estilo.
MXC: De una u otra forma
los grupos literarios influyen o
afectan, ¿en qué momento “Máscara Suelta” influyó o afectó en vos?
LV: No tuve una influencia
en sí como la que tiene un grupo literario en sus miembros, yo llegué cuando ya había terminado el proceso creativo. Pero las
pláticas con el poeta Fausto Maradiaga fueron esenciales, él no me enseñó nada
de poesía, pero con sus pláticas mucho de la vida y la poesía es vida.
MXC: ¿Cuál es el tema en tu
poesía?
LV: Mi poesía, usualmente
soy muy lírico, me abarco a mí mismo, pero estaba contándole a Ricardo Marín,
que él es el poeta urbano, él es un buen espectador, mira hacía allá, hace una
toma, la pinta y la fija, en cambio yo
me pinto a mí mismo, pero igual hay millones de hombres que pueden
pensar, sentir lo mismo que yo pienso y siento, soy muy intimista, francamente.
MXC: Los sucesos políticos
de Honduras ¿han influido en tu poesía?
LV: Por suerte no han
influido en mi poesía, en la cual voy a ser contestatario y voy a olvidar la
estética al terminar un texto; escribí unos cinco poemas, un cuento después del
golpe de estado, me dediqué a andar en las calles, marchando con el pueblo,
pero sólo escribí esa cantidad de textos, porque creo que eran los justos. No
hice como mucha gente en mi país, que publicaron muchas cosas, un montón de cosas, y era una basura
completa, cosas así como “el presidente es una mierda” “afuera Micheletti”
etc., puta, no creo que un libro con ese tipo de cosas quede bien. Algunos
poetas con buen criterio no escribieron nada de poesía, se dedicaron a escribir
ensayos, siendo más consientes con su quehacer poético. El proceso político que
pasó en Honduras, me ayudó para aprender
más sobre política, lógicamente, y me acercó más al pueblo, pero literariamente
no me afectó.
MXC: En vos ¿está sólo la
poesía?
LV: También la narrativa.
Acabo de escribir un texto que se llama “Autobiografía de un hombre sin
importancia”, tengo dos libros de
cuentos no publicados, uno en proceso, pero no sé viejo, para mí la narrativa
es un hobby, tengo una idea que supongo buena y me lanzo a escribir, pero de
una manera más fría, pero la poesía es mi oficio, me duele escribirla. (Ríe).
MXC: ¿Algún poemario que
tengás pronto a publicar?
LV: Sí, el otro año
publicaré algo titulado “Los poemas de la piedra en el zapato”.
MXC: ¿De cuántos poemas
estaría conformado?
LV: Tal vez unos cuarenta y
ocho poemas, por ahí.
MXC: ¿El tema de las maras
está presente en tu poesía?
LV: No.
MXC: ¿Por qué?
LV: ¿Por qué? Es un tema en
extremo trillado, es como hablar de las tortillas del día a día, obviamente no
voy a querer escribir sobre tortillas. Pero las maras son temas más para
diarios que para libros. Hace poco un jovencito del norte del país publicó un
libro de narrativa que trataba sobre las maras desde su experiencia, yo creo
que de ahí un documental se hizo sobre el tema, después no sé. En la poesía yo
no lo abarco ni tampoco he leído a alguien que toque el tema.
MXC: Hablemos de tu país
¿Cuál es el género que más se publica en Honduras?
LV: Lo que más se publica
es la narrativa; creo que es algo general en Centroamérica, bueno Nicaragua es
un país de poetas, podríamos decirlo, pero no está alejado de tener muchos narradores, de hecho ya hay muchos poetas
narradores, pero en Honduras hay más narradores, Aunque también tiene el país
una sustancial trayectoria poética.
MXC: ¿Cuáles son los poetas
contemporáneos (jóvenes) de Honduras en este momento?
LV: Los más representativos
podría decirte, tal vez no sean muchos nombres, tal vez no pasan de diez, sería
el caso de Fabricio Estrada, Magdiel
Midence, Mayra Oyuela, René
Novoa, Heber Sorto, Gustavo campos,
Samuel Trigueros, Edgardo Florián, Tania Alvarado, vamos a ver, vamos a ver, estoy escarbando en
el recuerdo para encontrar más nombres… Nincy Perdomo. Hay algún nombre que
sin duda se me escapa.
MXC: ¿Los temas tabú son
muy recurrentes en los poetas hondureños?
LV: ¿Cómo qué temas tabú?
MXC: El homosexualismo, el
aborto…otros
LV: En la lectura de los
poetas que te he mencionado, se menciona ciertas cosas sobre el homosexualismo,
desde ciertas perspectivas, pero de una manera muy libre, muy liberal, pero el
aborto no, no se toca, no lo he visto en ningún texto actual. Eso sí, si me
preguntaras de abortos literarios en Honduras, tendríamos mucho de qué hablar
al respecto.
MXC: ¿En ninguno de tus
textos están los temas tabú?
LV: Tal vez en los cuentos,
no sé, no recuerdo en sí, pero en la poesía no.
MXC: ¿La literatura de las
provincias no es igual que la de Tegucigalpa?
LV: No. Sólo hay dos
ciudades que producen mucho, bueno, producen muy poco aunque sus personajes
siempre alegan que producen mucho. Pero no es
que en las provincias no se escriba, el detalle es que los trabajos de
los escritores de las provincias se ven opacados o tirados a la basura por los
“grandiosos escritores de las ciudades”. Entonces sería en Tegucigalpa, y San Pedro Sula, la capital industrial,
donde se da más auge creativo. No por eso de mejor calidad, pero sí de mayor
cantidad y en eso de la cantidad, la ciudad industrial tiene la ventaja.
miércoles, 17 de abril de 2013
Desencriptando las cartas
Inés...
Cada vez que voy a la pulpería a comprar cigarros la señora que me atiende me pregunta cosas que yo no quisiera responder, hace dos días me preguntó qué personaje de ficción me gustaría ser, yo respondí: Nemo, su rostro cambió, sus ojos buscaban algo en mí que no necesitaba ser buscado, su labio inferior se movía como si tuviese un tic nervioso y me entregó mis cigarros y el vuelto sin decir nada.
Hoy al mediodía volví y pedí mis cigarros, pensaba pedirle disculpas por haberle respondido de la forma en que lo hice la última vez, pero ella, con su voz casi tierna me preguntó la edad, al decírsela no me creyó y sonrió, creo que ella asume que yo soy menor pero sigo creyendo que envejezco con demasiada facilidad.
Ayer por la mañana al levantarme mientras me lavaba el rostro me enteré que mi pelo se está aclarando y que quizás si un día volvés me encontrarás con tanto pelo blanco que no me reconocerás de inmediato que tendría que decirte al oído: “sigo siendo el noctámbulo que conociste ayer…”
Ya va a ser tu cumpleaños y aunque el mío sea primero que el tuyo eso no tiene ningún interés para mí.
Hoy sólo diré que te extraño mucho…
7 de abril
lunes, 1 de abril de 2013
Centroamérica bajo la lupa: Una mirada a Nicaragua
Supongo que debe haber muchas personas que piensan en Nicaragua y se les hace difícil pensarla sin Cardenal o Belli, Darío... En mi caso es Salvador Bustos, no puedo pensar en Nicaragua y pensarla sin la poesía de Bustos. Entonces, la "modernidad" según Salva, para quienes lo hemos leído con intimidad pasa por afirmar que en este siglo no queman libros / siembran bombas de tiempo / en el destino de los niños / futuros autores. En todo caso, yo qué sé de poesía.
Nicaragua ha sido más conocido como país de poetas en Centroamérica, la narrativa quizás deba hacerse su espacio con mucho esfuerzo. Por ahora y en ese sentido, "Flores de la trinchera", es un paso firme hacia el descubrimiento de nuevos puntos creativos en la Centroamérica del nuevo siglo, apretadita y con mucha modernidad.
Encuentro aquí narradores con los que entablo conversación desde lo hecho a base de certeza, el punto que en lo personal más ha llamado mi atención es Guillermo Obando, nacido apenas en 1994, con una fluidez en su lenguaje, con un desarrollo creativo que en nada tiene que envidiar a autores mayores a él en edad.
Por razones que aún no comprendemos, llegó a mis manos desde una Nicaragua hasta ahora desconocida para mí, pero que ya me entregó a través de Alberto Sánchez Arguello, un trozo de luz.
Precisamente de Alberto es de quien quiero dejar memoria en esta entrada, ya que sus micros se asumen desde su naturaleza, según lo veo yo, o no se asumen:
Conexión íntima
Se asignó al torturador una mujer para interrogatorio. La desnudó y colocó en la plancha de electrocución. Fijó el voltaje según la tabla de peso normada y comenzó su trabajo. Le dedicó varias sesiones durante días enteros. Siguieron golpes y mutilaciones, junto con agresiones verbales y humillaciones varias. Seis meses sin resultado concluyeron con la ejecución de la mujer. Pocos días después encontraron ahorcado al torturador en su casa de habitación. Una nota decía: "sin ella no puedo vivir".
Entrenamiento
El gobierno militar tenía dudas sobre la fortaleza ciudadana para resistir el ataque de un país enemigo. Así que ordenaron la masacre sistemática del pueblo, con lujo de crueldad y perversión, para entrenarlos mental y físicamente en caso de materializarse semejante horror.
Servir
Cuando el señor y la señora de la casa murieron, ya ancianos y sin hijos, el mayordomo, el ama de llaves, el chófer las seis mucamas y el jardinero, siguieron trabajando igual. Colocaron los cadáveres en sillas de ruedas y los desplazaron por la mansión cumpliendo con las horas del té y las comidas. Más fuerte que el olor a putrefacción y el horror de la descomposición, era la costumbre de servir.
Encuentro aquí narradores con los que entablo conversación desde lo hecho a base de certeza, el punto que en lo personal más ha llamado mi atención es Guillermo Obando, nacido apenas en 1994, con una fluidez en su lenguaje, con un desarrollo creativo que en nada tiene que envidiar a autores mayores a él en edad.
Por razones que aún no comprendemos, llegó a mis manos desde una Nicaragua hasta ahora desconocida para mí, pero que ya me entregó a través de Alberto Sánchez Arguello, un trozo de luz.
Precisamente de Alberto es de quien quiero dejar memoria en esta entrada, ya que sus micros se asumen desde su naturaleza, según lo veo yo, o no se asumen:
Conexión íntima
Se asignó al torturador una mujer para interrogatorio. La desnudó y colocó en la plancha de electrocución. Fijó el voltaje según la tabla de peso normada y comenzó su trabajo. Le dedicó varias sesiones durante días enteros. Siguieron golpes y mutilaciones, junto con agresiones verbales y humillaciones varias. Seis meses sin resultado concluyeron con la ejecución de la mujer. Pocos días después encontraron ahorcado al torturador en su casa de habitación. Una nota decía: "sin ella no puedo vivir".
Entrenamiento
El gobierno militar tenía dudas sobre la fortaleza ciudadana para resistir el ataque de un país enemigo. Así que ordenaron la masacre sistemática del pueblo, con lujo de crueldad y perversión, para entrenarlos mental y físicamente en caso de materializarse semejante horror.
Servir
Cuando el señor y la señora de la casa murieron, ya ancianos y sin hijos, el mayordomo, el ama de llaves, el chófer las seis mucamas y el jardinero, siguieron trabajando igual. Colocaron los cadáveres en sillas de ruedas y los desplazaron por la mansión cumpliendo con las horas del té y las comidas. Más fuerte que el olor a putrefacción y el horror de la descomposición, era la costumbre de servir.
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