En el marco de la Feria Internacional Del Libro en Cuba la página cubana www.cubarte.cult.cu, publicó hoy 20 de febrero una nota sobre la presententación del libro El Hombre Que Amaba A Los Perros de Leonardo Padura.
Es curioso, como ahora después de tantos años, el gobierno cubano permita éstas presentaciones, pues el libro -según la nota- habla abiertamente sobre los detalles de la muerte de León Trotsky, la historia de la novela discursa alrededor del tema, Trotsky, quien fuera asesinado por Ramón Mercader, agente del Stalinismo, que luego y sólo después de ser acogido por Neruda fue recibido y condecorado por el Gobierno "C".
La importancia teórica de los textos trotskistas para la revolución mundial es enorme, Cuba se encuentra evidentemente ante una encrucijada para dicho objetivo. Trotsky, durante su última etapa de vida en México, tuvo un importante acercamiento con los artistas Diego de Rivera, André Breton y Frida Kahlo, junto a Rivera y Breton desarrollaron el Manifiesto Por Un Arte Revolucionario Independiente.
Pero vean ustedes mismos la nota (la cual pueden ver completa en http://www.cubarte.cult.cu/periodico/opinion/17249/17249.html):
“Durante mucho tiempo, en nuestra infancia y juventud, oímos hablar de Trotsky como una figura oscura de la Revolución de Octubre y los primeros años de la URSS. Las palabras “revisionista” (dicha como un anatema) y “traidor”, no faltaban entre sus calificativos, y si alguna vez se le reconocía cierto mérito era siempre a regañadientes y como preámbulo de fuertes críticas que lo sumían aún más en la oscuridad. Poco a poco, sin embargo, en tiempos de la Perestroika y tras la desintegración de la Unión Soviética, comenzamos a descubrir otra parte de la historia.
Piezas dispersas que el régimen de Stalin y sus herederos intentaron borrar, resurgían ahora y una extraña figura adquiría forma gradualmente en el rompecabezas de los acontecimientos. Nada era tan simple y tan bueno como nos hicieron creer de niños: un silencio --que ahora resultaba escandaloso-- encubría la realidad compleja de aquellos primeros años del socialismo soviético. En medio de la confusión la imagen de Trotsky comenzaba a ganar otros matices, y las circunstancias de su muerte dejaban ver que, de algún modo, lo que ese silencio trataba de ocultar extendía sus tentáculos --todavía soterrados, todavía fuertes-- a través de décadas y continentes.
La novela El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Parada, que Ediciones Unión presentó en esta Feria Internacional del Libro, y cuya tirada se agotó totalmente en cuestión de minutos ante la avidez del público lector que asistió a la Cabaña, vuelve sobre esa historia todavía llena de misterios. El estalinismo y sus largos brazos camuflados, la figura de Trotsky y los detalles de su asesinato, el terror que logró establecerse en el poder tras la muerte de Lenin, sus efectos paralizadores, que al final dieron al traste con la posibilidad de realizar uno de los mayores sueños de la humanidad --esa sociedad justa donde todos pudieran ser plenamente--, son el tema de este nuevo libro de Padura. Eso y los avatares que trajeron a vivir en Cuba al agente secreto Ramón Mercader, quien en 1940 cumplió la orden estalinista de matar a Trotsky.”
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