viernes, 23 de agosto de 2013

Alexander Socop en dos fragmentos


Tengo un corazón que ronronea y amulla
está allá, bien lejos, sobre esa casa

Nadie me despide ese día
voy al encuentro de mis malas decisiones
soy dos dígitos en un listado de temores
que Nelson se coloca bajo el brazo
adentro, es mediocre el ruido y la soledad
sin embargo
mientras me desgarro el alma
estás allí
alzando el vuelo
como en las más bellas películas de Miyazaki

te alejás
y con cada oleaje del viento en tu cabello
espero que me proteja el asombro

a este lugar
no vine a imaginar
a este lugar
vine a ser el que siempre pierde
vine a ser
el que siempre entrega todo lo que no tiene

[...]

Puedo asegurarle al mundo entero - y maldito sea
quien lo niegue - que en tus ojos está contenido
todo el mar Caribe

Sobre un sofá negro
espero que mi alma se rompa
           [contra el ruido de una impresora matricial

Extiendo toda mi vista hasta dar con las paredes
mientras el neón requisa mis pupilas

todo esto es un riesgo pero ya es muy tarde
la vida no tiene buenos frenos
la muerte es creativa
y de buen deseo está llena la fatalidad del día

es como
salir a terminarse at the jungle of Guatemala city
salir con poco ayer para gastar
salir sin fantasías, sin constancia médica
           [o pararrayos
salir porque estoy cantando feliz
           [a la mitad de la ventisca feliz
porque bajo el sol todos somos más feos
y a la vuelta de cada redondez
quizá me espera el amor
            con la misma violencia
            de una ola
            que nunca encontró playa













Alexander Socop
Xelajú, 1988.

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